LXXXI
No puedo hacerte regalo
más improvisado y verdadero,
para hoy, día de Reyes Magos.
Un breve poema sincero
con el que yo te exclamo:
¡Sal conmigo antes que termine Enero!
Lo que realmente quiero
es, que marques un periodo inexacto
en mi vida; y juntos, lleguemos muy lejos.
LXXXII
Vuelo sin alas,
disfrutando cada instante
como un plácido visitante
transitando tu mirada.
Vuelo sin alas,
dejando atrás, el desfiladero,
sobre tus labios quietos
y tus manos obstinadas.
LXXXIII
Solamente la poesía
consigue reconfortarme,
solo ella me llena de alegría.
Solamente la poesía.
Solamente cada verso
consigue desinfectar
mi corazón sin aliento,
mi alma voraz
de soñar tus besos.
Solamente la poesía
reniega mi locura
por ver tu desnuda figura.
Solamente la poesía.
Solo tú eres poesía,
tu sonrisa, tu cintura...
mi dolencia no tiene cura
si no fuera por tu maestría,
bendita poesía.
LXXXIV
Sólo un viejo
baúl oxidado
consiguió viajar al pasado;
pues estuvo lleno,
y sin candado,
de no soñados
elementos,
que importantes recuerdos
olvidados, estimularon
mi pensamiento.
LXXXV
Dices que no soy un Dios
pero te he salvado,
andabas perdida,
anclada al pasado;
soñando la historia
que te había contado
un personaje de dos caras,
alguien enmascarado.
Olvidaste un "amor" que
se fue sin haber llegado.
LXXXVI
Me encontraste perdido
en la batalla cruel
de una vida grosera,
que no me quería querer.
Fuiste un rayo de luz,
un camino ansiado,
una esperanza aparente,
un regalo inesperado.
LXXXVII
Lo corto se aprecia,
lo largo se aborrece,
todo se echa de menos
y la vida se oscurece.
Lo efímero acaba rápido,
lo duradero es mentira,
sin razón no hay nada
que aprecie, lo que es la vida.
LXXXVIII
Quiero
volar entre tus labios atrevidos,
soñar,
soñar en el laberinto de tus rizos,
y colorear
mis dias de azul marino,
saborearte poco a poco,
sin interrupción, seguido.
Y quiero
escuchar tu voz a todas horas,
pues mis ganas no se agotan...
contigo recorrería
toda la costa,
apreciando el incansable
murmullo de las olas,
en tu estimada compañía.
Y quiero
montarme en el vagón
de tu cuerpo,
y recorrer todo el mundo,
el mundo entero
en tan sólo un ligero
segundo insensato.
LXXXIX
Viajar entre tus dedos
mientras surco tu mirada,
mientras beso tu cuerpo,
mientras acaricio tu dibujada
figura a fuego lento.
XC
¿Habrá instante más placentero
que acomodarme entre tus brazos
y mirar tu rostro quieto,
mientras beso tu boca sin reparo?