domingo, 2 de abril de 2017

LXXXI - XC

LXXXI
No puedo hacerte regalo
más improvisado y verdadero,
para hoy, día de Reyes Magos.

Un breve poema sincero
con el que yo te exclamo:
¡Sal conmigo antes que termine Enero!

Lo que realmente quiero
es, que marques un periodo inexacto
en mi vida; y juntos, lleguemos muy lejos.

LXXXII
Vuelo sin alas,
disfrutando cada instante
como un plácido visitante
transitando tu mirada.

Vuelo sin alas,
dejando atrás, el desfiladero,
sobre tus labios quietos
y tus manos obstinadas.

LXXXIII
Solamente la poesía
consigue reconfortarme,
solo ella me llena de alegría.
Solamente la poesía.

Solamente cada verso
consigue desinfectar
mi corazón sin aliento,
mi alma voraz
de soñar tus besos.

Solamente la poesía
reniega mi locura
por ver tu desnuda figura.
Solamente la poesía.

Solo tú eres poesía,
tu sonrisa, tu cintura...
mi dolencia no tiene cura
si no fuera por tu maestría,
bendita poesía.

LXXXIV
Sólo un viejo
baúl oxidado
consiguió viajar al pasado;
pues estuvo lleno,
y sin candado,
de no soñados
elementos,
que importantes recuerdos
olvidados, estimularon
mi pensamiento.

LXXXV
Dices que no soy un Dios
pero te he salvado,
andabas perdida,
anclada al pasado;
soñando la historia
que te había contado
un personaje de dos caras,
alguien enmascarado.
Olvidaste un "amor" que
se fue sin haber llegado.

LXXXVI
Me encontraste perdido
en la batalla cruel
de una vida grosera,
que no me quería querer.
Fuiste un rayo de luz,
un camino ansiado,
una esperanza aparente,
un regalo inesperado.

LXXXVII
Lo corto se aprecia,
lo largo se aborrece,
todo se echa de menos
y la vida se oscurece.

Lo efímero acaba rápido,
lo duradero es mentira,
sin razón no hay nada
que aprecie, lo que es la vida.

LXXXVIII
Quiero
volar entre tus labios atrevidos,
soñar,
soñar en el laberinto de tus rizos,
y colorear
mis dias de azul marino,
saborearte poco a poco,
sin interrupción, seguido.

Y quiero
escuchar tu voz a todas horas,
pues mis ganas no se agotan...
contigo recorrería
toda la costa,
apreciando el incansable
murmullo de las olas,
en tu estimada compañía.

Y quiero
montarme en el vagón
de tu cuerpo,
y recorrer todo el mundo,
el mundo entero
en tan sólo un ligero
segundo insensato.

LXXXIX
Viajar entre tus dedos
mientras surco tu mirada,
mientras beso tu cuerpo,
mientras acaricio tu dibujada
figura a fuego lento.

XC
¿Habrá instante más placentero
que acomodarme entre tus brazos
y mirar tu rostro quieto,
mientras beso tu boca sin reparo?

jueves, 16 de febrero de 2017

LXXI - LXXX

LXXI
Y la realidad es diferente,
nunca sale lo previsto;
guarda tus sueños para ti mismo,
y no confíes en la suerte.

LXXII
Estés donde estés,
que aparezcas anhelo,
y, no me refiero al dinero,
sino a su sonrisa de amanecer.

Puedes pensar que no;
pero es un hecho
que te echo de menos .

LXXIII
Sólo encuentro la calma
fuera, lejos de aquí,
donde no exista el miedo
de volverte a sentir.

Sólo encuentro sosiego
en los jardines floridos,
en los oasis escondidos
del calor veraniego.

LXXVI
Sólo los simples detalles
pueden cambiar
a un recuerdo fenomenal,
pequeños instantes.

LXXVII
Y aunque como prisionero
en la vida me hallo,
disfrutaré de la misma
como si fuese mi último verano.

LXXVIII
Una mañana extenuante
lejos de un día común,
tras un ocaso apasionante
de clara y brillante luz.

LXXIX
Si veneras lo corriente,
no busques cerca de mi camino,
ya que soy y seré distinto
a cualquier persona que recuerdes.

LXXX
Quiero sentir todas las maravillas
que esconde este mundo,
entre ellas: tu sonrisa,
tu pelo, tus labios, tu embrujo;
y, tus historias desconocidas.

sábado, 4 de febrero de 2017

LXI - LXX

LXI
El café hizo desvanecer
el azúcar del terrón,
el cariño de tu corazón,
la esperanza de volver.

LXII
La vida, es la ceniza
que te consume,
el ocaso que te conduce
al cofre de las reliquias.

LXIII
Aguardo en el fresno sombrío,
cerca del arroyo silencioso,
y en un silencio doloroso
sollozo, por el delta de tu río.

Atisbo la soledad, mientras
tu corazón desahuciado
diluye ya, desalentado,
esperanzas verdaderas.

Solo quedarme quiero,
a tu lado hasta el final
para siempre abrazarte sincero;

y el tiempo amargo evitar,
guardando en un infinito momento
nuestro único amor parental.

LXIV
Ay qué tristeza,
recala en mi mente,
cuando la luna llena,
ella sola aparece.

Ay qué tristeza,
cuando anochece,
el frío ya aprieta,
las cigüeñas se fueren.

Ay qué tristeza,
el invierno aparece,
las nubes se hielan,
pronto oscurece.

LXV
El parpadeo de tu mirada
mantiene impenetrable mi rumbo,
creyendo que mi mundo,
sentido no tiene sin tu estampa.

LXVI
La vida como un río,
un estanque estancado,
vacío, por el estío,
un sueño culminado.

LXVII
Sensación peculiar:
apareces; y necesito evitarte,
mas, luego tú te vas,
y parecerá un disparate,
empiezo a necesitarte.

LXVIII
No encuentro paz
en el delirio,
ni en el colirio
de la amistad.

LXIX
Sólo quiero que vuelvas,
con el sueño poder reconciliarme,
y, en una sencilla bandeja
ofrecerte las mundanas estrellas.

LXX
¿Si la pulcra fronda verde
de los pinos reclama,
tras larga noche cerrada,
al sol, sus intermitentes
y serenas caricias calmas?

¿Por qué no debo yo,
reclamar sus carantoñas,
sus labios, su corazón
o su estimable olor,
a cualquier divinidad amorosa?

domingo, 8 de enero de 2017

LI - LX

LI
En este amanecer inesperado
sigo pintando mis sueños en tus nubes,
a la vez que tu recuerdo se me diluye
ya que ni siquiera nos miramos.

Escucho el latido todavía de tu corazón,
como si fuera la parte que me falta
en esta larga travesía enmascarada,
que sigo caminando sin tu olor.

LII
Que el indeleble recuerdo
de tus ojos, de tu cuerpo,
del resplandor de tu sonrisa,
no lo borre el perenne miedo
que siento tras tu partida.

LIII
El furor amargo
de verme enamorado,
esclavizado,
a alguien, ya, extraño.

LIV
En el compás de mi mente,
brotan las notas de tu recuerdo,
corrompiendo mi alma imberbe
y llevándola a un infierno eterno.

LV
Puedo escribir lo que susurra el viento,
lo que cantan los ruiseñores,
lo que vociferan los tambores...
Pero no puedo, por más que intento,
redactar lo que hoy siento.

LVI
Silencios avivados por el frío,
por aquel desenlace tormentoso,
ese final desgarrador y repentino,
ese sorprendente adiós seco, corto.

Solamente se que el silencio,
no puede disipar ni eliminar
las dudas que todavía tengo
de un perdido tiempo atrás.

LVII
Lejos de ser como soñamos,
seguimos en pie el camino;
uno por un sendero lejano,
y otro por un punto desconocido.

LVIII
Me perderé bajo la marea,
en algún rayo de sol,
en las agujas de cualquier reloj,
en la bisagra de tu cancela.

LIX
Entender puedo que estaciones pasen,
o que la yedra cubra la encalada,
pero lo que mi entender no alcanza
es tu frialdad tan aguda y punzante.

LX
Puedes decidir creer
que la vida ha decidido no quererte,
o puedes suponer
que te guarda algo bonito para después...
una porción de su ansiada suerte.

martes, 1 de noviembre de 2016

XLI - L

XLI
La sed de venganza
nublará su sabiduría,
volviendo su nauseabunda puntería,
en una terrible amenaza.

XLII
La sempiterna variabilidad,
corrompe su regla en mi,
ya que te quiero sin fin,
y te querré hasta el final.

XLIII
No sé si todo era grisáceo, oscuro,
no sé si me eligieron para llegar,
sólo sé que el ruido fue notable en junio
y hasta dentro de un tiempo no parará.

Nunca sabré cuando, en que momento,
no sé si será tenebroso, rudo, acogedor,
sólo sé que a mis oídos llegará el silencio,
será de la designada vida, su conclusión.

XLIV
Se marchó como una exhalación,
una estrella tan fugaz como la vida misma,
una aguja inquieta que marca la una con prisa,
una lágrima que brota hastiada de dolor.

XLV
Escucho el silencio
de tu paso firme,
del movimiento que tu figura describe,
de tu liso pelo.

Amargor siento
por tu adiós,
consumiendo mi mente sin el perdón,
que lo haría pasajero.

[...]

Tengo, ya, vago recuerdo
de lo que ocurrió,
pero guardo el dolor,
nocivamente, desde aquel momento.

La toxicidad suicidó
aquel lejano afecto,
esfumando cualquier efecto
de cariño, ternura o amor.

XLVI
Recuerdo tu nombre abrumador,
entre indomables corcheas fugaces,
entre un tú y un yo
que cuidar no fuimos capaces.

XLVII
Tantas cosas que me propuse hacer
y no las hice por pecado capital,
tantas cosas que me propuse no realizar,
y las hice, solo, por sentirme bien.

XLVIII
Nos ceñimos a mirar bajo
nuestras opulentas suelas,
sin tratar de realmente enmendar
el sufrimiento de nuestros hermanos.

XLIX
Ojalá poder parar el tiempo,
hacer de este segundo un siglo,
que la vida no fuese una ola,
que cada momento fuera eterno,
y que no hubiera final, principio...

pero la vida ya no sería tan hermosa,
no quedarían detalles únicos, momentos,
ni habría el constante equilibrio,
ni aprovecharía lo que tengo ahora
porque el tiempo no correría en mi contra.

L
Y un paréntesis se abre,
un tiempo aparentemente diferente,
y espero que se prolongue alegre
y que la pena en venir tarde.

miércoles, 26 de octubre de 2016

XXXI - XL

XXXI
A veces la soledad,
te hace darte cuenta
de los errores de atrás,
que no haber cometido quisieras.

XXXII
En las luces del cielo angosto,
entreveo dos brillantes luceros,
que recuerdan tus ojos certeros
cuando mis dedos rozaban tu rostro.

XXXIII
Y es que este estrellado cielo,
contrario a la vida apesadumbrada
en constante cambio y movimiento,
es tan firme como tu estridente mirada
cuando dominas el placentero tempo.

XXXIV
Busquemos aquel optimismo
en las pequeñas cosas,
en lugares.

En los corazones descosidos,
en las verdades engorrosas,
en instantes.

En las mentiras piadosas,
en las noches bebidos,
en alguna parte.

XXXV
Abre tu vida a otro lado,
coge la intersección a otro lugar,
rompe con tu monotemático espacio,
vuela sin reparo, busca un nuevo hogar.

XXXVI
El tiempo no da tregua,
no da opción al reparo,
continúa su ineludible senda,
su implacable itinerario.

Sin embargo hay ciertos lugares
que rehuyen del paso del tiempo,
escépticos en todo momento,
por despertar sucesos inolvidables.

XXXVII
No me haces falta,
pero se que te necesito,
para alcanzar la calma
me necesito contigo.

XXXVIII
A golpes se hace notar,
a golpes te hace perder,
a golpes te hace ganar,
pero nunca te hace volver.

XXXIX
Me llevaré todo lo malo
para esconderlo en un cenagal,
y con lo bueno continuar
el resto del viaje, ilusionado.

XL
Y te fuiste,
quién sabe si para volver,
y sólo sé que ni adiós dijiste,
y súbitamente vacío quedé.

Y te marchaste,
quién sabe si te volveré a ver,
y sólo sé que me dejaste,
y allí fallecí ayer.

Y las horas pasando siguen,
quién sabe si me cruzaré contigo,
y sólo deseo que tal no llegue,
que cada cual siga su camino.

jueves, 1 de septiembre de 2016

XXI - XXX

XXI
Vamos a esperar el momento,
aferrándonos a la escucha,
sin prisa, con detenimiento,
confiando, desechando la duda.

XXII
Y aún sigues esperando
que algo diferente llegue,
que en vez de restar, sumando,
un nuevo ciclo empiece.

XXIII
Esperaré en esa vía férrea,
en el rompeolas de tus dedos,
en la colina de mis recuerdos,
en la fugacidad heterogénea.

XXIV
Perdí un largo y precioso tiempo,
en la columna, de un conocido coto,
y esperando apareció un sentimiento,
cuyos efectos, desaparezcan, imploro.

XXV
Ases, ya, la caminada muerte,
el declive, como la mar sumergida,
la primavera no volverá a verte.
Te buscará en tu obsoleta morada, confundida.

XXVI
Un alma que desembarca,
y otra que navega
en el borboteo de tu mirada,
en tus pupilas de mar en pena.

XXVII
Y me dejaste ahogado,
amarrado a tu presencia,
perdiendo mi pura esencia
sin cura ni remedio; asfixiado.

XXVIII
Y es que se marchó,
escribiendo "libertad" en su portada,
como una golondrina, que arrinconada,
decide emigrar a otro balcón.

Y sin conocer otro camino,
solamente el ya atravesado,
localizar un ambiente acertado,
consiguiendo su pertinaz objetivo.

El de nuevamente empezar
un sendero, que aunque abollado,
confía en poder nivelar.

Con el optimismo adecuado,
y esperando lo que el futuro pondrá,
en su trayecto enmascarado.

XIX
Dibujas una mustia mueca en tu sonrisa,
atropellada por tus fulgurantes labios,
muestra de que nuestro desenlace inicias
sabiendo ya, que me dejarás helado.

XXX
Caemos en la trampa de la existencia,
creyendo que tenemos derecho a ella,
y pasando por alto que la obligatoriedad señera,
es el tránsito, la muerte, la decadencia.